México ocupa el primer lugar en Latinoamérica en maltrato animal y el tercero a nivel mundial. Siete de cada diez animales domésticos sufren maltrato y mueren al año aproximadamente 60 mil animales por esta causa, todo esto a pesar de que se considera delito y existen leyes de protección, pero ¿han servido de algo estos derechos? ¿Qué percepción se tiene de las autoridades? ¿El maltrato animal es un detonante de violencia social?
Hemos visto cada vez más manifestaciones en vía pública y en redes sociales exigiendo que el maltrato animal se incorpore en los códigos penales, sin embargo en la realidad en treinta Estados de la República sus códigos penales ya lo consideran delito, tenemos un igual número de leyes en los estados sobre protección y bienestar animal que definen los actos de maltrato y crueldad, pero el resultado de la encuesta que realizamos en AnimaNaturalis a nivel nacional fue que el 69% de los encuestados respondió que no conocía las sanciones en su estado por maltrato animal y el 94% respondió que entre nada y poco se castigaba.
Preguntamos sobre los Ministerios Públicos de las Fiscalías de los Estados y a los jueces como impartidores de justicia y los resultados fueron muy significativos pues el 98% respondieron que los ministerios públicos estaban entre nada o poco capacitados y no era de su interés investigar estos delitos. Evidentemente este resultado es no solo la percepción que tiene la gente de la institución, sino también de las experiencias a las que se han enfrentado en denunciar, ya que recabamos testimonios sobre cómo había sido el denunciar estos delitos en las fiscalías y encontramos la constante respuesta de que no hay interés por parte de ellos o que no hacen nada. Sobre la percepción que tiene la gente de los jueces para sancionar estos delitos igualmente no es tan favorable, pues el 95% de los encuestados respondieron que entre nada o poco les interesa a los impartidores de justicia sancionar estos delitos.
Respecto a las autoridades administrativas encargadas de promover programas, campañas o acciones sobre prevención al maltrato animal los resultados no fueron muy buenos, pues el 83% dijo no conocer ninguna campaña en su ciudad y/o estado. Este dato es lamentable pues prácticamente en gran parte del país los estados tienen como obligación en coordinación con los Ayuntamientos realizar campañas o programas de respeto a los animales, sin embargo no están siendo eficientes las pocas que se realizan pues la mayoría de la población las desconoce.
Uno de los resultados quizá más tristes para todos nosotros como activistas por los derechos de los animales fue el siguiente. Se preguntó a los encuestados si creían que los derechos para los animales en las leyes han servido y el 81% respondió entre nada y poco han servido los derechos para los animales en las leyes. Este dato es demoledor pues representa quizá la mejor radiografía de la situación, pues hemos venido exigiendo a lo largo de los últimos años que se incorporen derechos en diferentes cuerpos normativos tanto federales como locales, incluso hasta en la Ciudad de México el Congreso Constituyente de la CDMX incorporó en la Constitución local una narrativa jurídica extraordinaria en términos teóricos, sin embargo en la realidad de poco o nada ha servido, pues tanto por un lado la sociedad tiene esa percepción y por el otro los resultados de las instituciones encargadas de la materia no han sido positivas para que sean reflejadas en la percepción de las personas.
Por último, realizamos la pregunta sobre la relación entre maltrato animal como detonante de violencia hacia las personas y el resultado fue que el 90% dijo que había mucha relación, el 6% regular frente a un 4% entre poco o nada de relación. ¿Por qué esta pregunta consideramos que es de las más importantes? Porque muchos estudios en diferentes partes del mundo han demostrado ya la relación que hay, el maltrato y crueldad animal es potenciador de actos violentos hacia niños y mujeres principalmente y el no atenderlo o vincularlo es no entender los ciclos de violencia que sufrimos en una sociedad en la cual todos los días es testigo de una violencia brutal desde hace años. Esta es la razón por la cual es imperante que haya políticas públicas al respecto y las autoridades a todos los niveles de gobierno tengan el entendimiento y la voluntad para comenzar a hacer primeramente lo que ya tienen por obligación legal en sus ordenamientos jurídicos y los que no empezar a legislar.
Como conclusión podemos observar que todos los resultados tienen una constante, la sociedad mexicana considera que el maltrato y crueldad animal en el país no ocupa un espacio importante en la agenda de las instituciones realmente, vemos que en ningún caso hay una percepción positiva al respecto y esto indica que algo está fallando. Si bien es cierto hemos avanzado mucho en materia normativa tanto en el ámbito administrativo como penal a lo largo del país, aunque muchas todavía son perfectibles a las contradicciones que tienen, pero las que están y como están no están reflejando realmente avances tangibles y medibles que podamos estar satisfechos.