Jueves 2 de agosto de 2018, plaza de toros de Palma a las 22:00 horas, ni paseíllo, ni olés, ni tortura , ni muerte, ni pañuelos, ni sangre en la arena, nada, solo silencio y paz. El jueves 2 de agosto de 2018 será recordado como la primera vez en la historia que no se celebre una corrida de toros en el coliseo balear. Y no solo en la plaza de toros de Palma, también en Alcúdia, Inca y Muro el silencio reina en el interior de los cosos taurinos. Un hecho sin precedentes que será recordado para siempre.
¿Y cómo se llega a esta situación? En la última década el movimiento antitaurino en la isla ha ido creciendo a pasos agigantados, protestas, manifestaciones , mesas informativas, performances, recogida de firmas. Y gracias al apoyo de la ciudadanía que muestra cada día su repulsa a la tortura y muerte por diversión, nace en 2014 la campaña Mallorca Sin Sangre, con el objetivo de poner fin a las corridas de toros en Mallorca.
La campaña Mallorca Sin Sangre liderada por AnimaNaturalis y CAS Internacional, con el apoyo de Humane Society Internacional y los colectivos en defensa de los animales en Mallorca, inician una recogida de firmas que supera las 360.000 en muy poco tiempo y consigue que 33 municipios de Mallorca se declaren contra el maltrato animal.
En 2015 tras el cambio de Gobierno en las islas, donde pasa a gobernar los partidos de izquierdas, se inician los contactos con los partidos políticos para poner fin a la lacra de las corridas de toros. A finales del 2015 se registra la petición en el Parlament Balear y empieza la cuenta atrás para el fin de la tortura y muerte por diversión. En 2016 el Tribunal Constitucional levanta el veto de la prohibición de las corridas de toros en Catalunya y pone en peligro el proceso de la abolición en Baleares.
Tras la decisión del Tribunal Constitucional solo queda la opción de regular las corridas de toros y los partidos políticos MÉS per Mallorca, Podemos, PSIB inician los trámites de regulación de las corridas de toros respaldados la Fundación Franz Weber y la abogada Anna Mulà. En 2017 finalmente se aprueba la ley que regula las corridas de toros en Baleares e impide entre otras cosas la tortura y muerte por diversión, es decir, corridas de toros sin sangre. El Gobierno central del Partido Popular presenta un recurso de inconstitucionalidad y la ley de toros a la balear queda parcialmente anulada (solo algunos artículos) por el Tribunal Constitucional (TC).
En marzo del 2018 el TC levanta la suspensión cautelar hasta decisión definitiva y la ley de toros a la balear entra en vigor impidiendo de esta manera la celebración de las corridas de toros como todos conocemos y la negativa de los taurinos a reinventarse.
Un logro histórico que bien podría ser el principio del final de la tauromaquia no solo en Baleares sino en todo el estado español.